más agua
apenas agua
el agua es mansa.
este agua quema, da muy mucho frío meterse en ese lago. se siente casi como agujas, pero no de las que se pierden en un pajar. agujas que se encuentran con la carne cada vez más helada. el pecho parece aplastado, la respiración se agita y el aire no llega a entrar del todo. por un segundo los pensamientos se dejan enredar en la terrible belleza. no hay frío, no hay agujas, no se agita el pecho. pero la dureza del agua vuelve a atravesar el cuerpo, y la necesidad de salir destruye cualquier intento de reflexión. el dolor se impone.
¿el agua es mansa?
Mi viejo hace barcos de papel mejores que este
Aquerenciados
Hoy se alegran conmigo, porque yo también encontré mi querencia.
Y es un gran lugar para estar...
El menos absurdo
Andar en tren
Me gusta andar en tren y también encontrar este graffiti, quiso la casualidad (o tal vez la intencionalidad de quienes lo pintaron) que esta suma de ideas quede plasmada debajo del nombre de Juan Bautista Justo.
Me gustan los días de lluvia
Un día pensé que lo escrito aquí arriba es todo lo que quisiera contar un sapo si pudiese escribir.
Aquí va mi esfuerzo por darle voz a estos seres incomprendidos.
Un consejo simple
Más allá de los detalles, lo concreto es que aquel que está luchando por su vida mueve desesperadamente el cuerpo para liberarse de aquel que está luchando por su muerte, cabe aclarar que este segundo “su” refiere al primer “aquel” y no al segundo “aquel”, que se encuentra más próximo de este “su”. Es decir, quien lucha por su vida es la víctima y el que lucha por su muerte es el homicida, pero no por su muerte en el sentido de la suya propia, sino por la muerte de la víctima. Aunque en más de una ocasión puede que esto represente un ribete en la trama, puesto que es posible que quien ha logrado tener al otro por el cuello hasta aquí venía siendo el bueno, que es perseguido por el malo, y en el afán de luchar por su propia vida tiene que matar a su perseguidor. En estos casos cabría decir que quien ahorca está luchando por su vida, y el que recibe este trato dañino es quien lucha por su muerte, por la muerte del primero. Claro que de ser así, el cazador cazado estaría intentando salvarse, por lo que no sería inapropiado sostener que lucha por su vida, mientras el otro lo hace por su muerte, por la del cazador claro está. Esto complica todo aún más, ya que es acertado afirmar que ambos están luchando por su vida y por su muerte, por la propia y por la del otro, la propia en referencia de la vida, y la del otro respecto a la muerte.
Al que utiliza la soga lo nombraremos “S”, y el que es atacado por el cuello será mencionado a partir de aquí como “C”.
Bien, ahora que todo es más claro, vuelvo al centro de estas líneas, que devendrán en consejo sobre el final. La cuestión es que C sacude su cuerpo sin parar, oponiendo resistencia, hasta que S logra matarlo. Llegado este momento siempre sucede lo mismo, y es que S ya extenuado se relaja y libera a C de la opresión que lo llevó a la muerte.
Aquí viene mi consejo: si alguna vez alguien intenta matarte con una soga al cuello no pierdas el control, sacudí un poco el cuerpo como si estuvieses desesperado, pero sin desgastar demasiada energía. Es importante que no entres en pánico, podés sobrevivir un poco sin respirar, después de unos instantes dejá de moverte. El idiota que te esté ahorcando va a suponer que ya te mató y ahí nomás se va a relajar.
Con este consejo podés salvar tu vida al menos por un instante, pero no creo que el potencial asesino demore más de 5 segundos en darse cuenta que tu pecho se agita sin parar y que no estás muerto, es improbable que logres respirar despacio en esa situación.
¿Qué hacer en esos 5 segundos? Todavía no encuentro respuesta, pero la voy a encontrar, juro que la voy a encontrar. Y que la vida quiera que ningún loco intente ahorcarme, porque la va a pasar mal…muy mal.
De paso por mercedes
Que difícil todo....
Que difícil todo, ya no importa su temor a los aviones, se destrozan los recuerdos de su fuerza titánica capaz de derrotar a los malos de un solo golpe, se diluyen sus infantiles peleas con aquel tierno loco, y la entrañable amistad con el señor del puro.
Ya no nos queda nada, exhibe orgulloso el delantal que tiene bordado su nombre, y se muestra dispuesto a vendernos la última mentira de llame ya!
Dude mucho en publicarlo, no sabía si era correcto hacerlos partícipes de este dolor, quizás era mejor permitirles continuar con sus vidas como si nada hubiese cambiado. Pero soy cobarde, y no soporto la tristeza en soledad....
[Seguí hasta abajo, y hace click en las imágenes si querés sufrir a pantalla completa]
mensajes prefectos
mística
Cuentan que un día San Agustín caminaba por la playa meditando el misterio de la santísima trinidad, trataba de comprender al dios uno y trino.
Encontró un niño en la orilla que había cavado un pequeño pozo en la arena, acarreaba agua salada y la metía allí dentro. Agustín lo miró sorprendido y le preguntó qué intentaba, el pequeño hombre le explicó seriamente que metería toda el agua del mar en aquel pozo.
San Agustín río con ganas y algo de ternura, sin querer lastimarlo le sugirió que aquella empresa era imposible. El niño lo miró a los ojos y le dijo: “Sabes que no puedo meter el mar en este pozo, pero pretendes algo aún más difícil: entender el misterio de la santísima trinidad”.
Inmediatamente el santo le pateó la cabeza, sacándole los ojitos de lugar; luego lo miró con desdén y continúo su camino de meditación y regocijo.
dimanche
La desilusión a la vuelta de la esquina
Para todos todo!
¿Y si vos no estás?...
El es Augustus
amigos del viento
Y cuando alguna vida anda triste, otros barcos mueren.