juan francisco

suficientemente chico como para no tener idea de nada....
disfrutalo fran

más agua

llueve lindo, porque estoy adentro. un rato de eso y unos minutos más al norte un poco de lo otro. pero no es lo mismo, aunque quizás si. otra vez peleando con la angustia, de nuevo embelezado de nostalgias innombrables, porque no son, aunque sobre todo porque nunca fueron. y el agua helada que me quema los dientes sin perjuicio de mis manos y el plato de arroz. enseñanza primera, de mamá amorosa y de papá asustado. hay que empezar por el borde, en el medio siempre está más caliente. quiero un hijo, o veinte hijas de papel de barrilete. quiero a la mujer que les enseñe que hay que empezar por el costadito, para no quemarse. a mis doce hijos de color mañanita les voy a contar que a la mamá la tuve que empezar por los bordes, porque en el centro quemaba.

apenas agua


el agua es mansa.
este agua quema, da muy mucho frío meterse en ese lago. se siente casi como agujas, pero no de las que se pierden en un pajar. agujas que se encuentran con la carne cada vez más helada. el pecho parece aplastado, la respiración se agita y el aire no llega a entrar del todo. por un segundo los pensamientos se dejan enredar en la terrible belleza. no hay frío, no hay agujas, no se agita el pecho. pero la dureza del agua vuelve a atravesar el cuerpo, y la necesidad de salir destruye cualquier intento de reflexión. el dolor se impone.
¿el agua es mansa?
le duele madre
porque lo tiene dentro
le duele frágil
su panza de vida
le duele con sonrisa
le duele de ella

duelen las palabras
cuando son bien puestas
leerlas nos duele
duelen las que son ajenas
ojalá algún día
duelan las mías

Mi viejo hace barcos de papel mejores que este

¿te acordás de la mañana de los treinta barcos? o cuántos eran, casi no importa. yo me acuerdo, lo cuido con locura, como guardan el agua en el desierto, si es posible tanta sed. vos y yo despiertos y nadie más. nadie más en todo el mundo. nosotros en nuestro astillero sin saberlo, aprendí esa palabra muchos años después. el piso de agua salada conteniendo tus barcos. mis barcos cargados de noticias viejas. todos durmiendo sin siquiera imaginar el enorme potencial de nuestra flota naciente. y yo despierto, apasionado, marinero de tu vida lastimada, amado. cuidado hasta los confines de todas las aguas, por el más tierno capitán que pueda tener cualquier barco.
...duele la lluvia
cuando estás en calma
es el agua lavando esa hoja
aunque no celeste, el cielo duele
duele mucho la lluvia
cuando estamos en calma...

Aquerenciados

Los contemplé largo rato el día que tomé la fotografía, me quedé admirando.

Hoy se alegran conmigo, porque yo también encontré mi querencia.

Y es un gran lugar para estar...

El menos absurdo


Lo vi por primera vez mientras esperábamos que llegue la increíble máquina transportadora de personas, no puedo evitar detenerme en lo asombroso que me resulta esa espectacular mole metálica, capaz de ir de un lugar a otro a una velocidad imposible para el animal de a pie. Una locomotora gobernada por la mano certera de un conductor que, ganado por la rutina, no repara en su poder temible y divertido. Recorrer 60, 70 u 80 kilómetros en apenas una hora, quién podría esperar lograrlo, cuando nuestros limitados pasos no pueden alcanzar ni un mínimo porcentaje razonablemente interesante, comparado con esa cantidad. En fin, otro día nos detendremos debidamente en esa maravilla que es transportarse a tan altas velocidades, y las ventajas que ofrece un ferrocarril, una motocicleta o un auto con respecto a nuestra locomoción natural.
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Lo vi por primera vez mientras esperábamos que llegue el tren, la mirada curiosa, devorando todo a su alrededor. Y anotando sin pausa, la mano aferrada a su libreta diminuta, escribiendo en una hoja y en otra, yendo y viniendo en páginas indescifrables para cualquiera que no fuese él mismo, y su supuestamente absurda realidad. "Un loco", pensarían despectivamente los señores a su lado.
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Y la imagen del farolero de Saint-Exupéry me apareció clara, evidente, casi obvia. De todos los hombres que estaban en ese tren, él era el menos absurdo. "...menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor". Este hombre tenía un sentido, buscaba algo, o quizás ya lo había encontrado, pero estaba ensimismado en sus anotaciones, que seguramente guardaban más verdad que las tapas de los diarios.
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"Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda." [Esto último se dijo a si mismo el principito]

Andar en tren

Escapé de mi letargo, y anduve en tren. Ahora me gusta andar en tren, antes no me gustaba. Andar en tren puede ser un placer burgués, hoy tengo algunos placeres burgueses. Andar en tren no suele ser un placer para un trabajador, que viaja mal todos los putos días. Andar en tren es barato, y no porque el Estado sea bueno con los obreros que no encuentran placer en viajar en tren. Andar en tren es barato porque el Estado es bueno con los empresarios, y les asegura así, que sus trabajadores lleguen a destino. Los empresarios encuentran placer en pagar poco y lo pueden seguir haciendo, a sus empleados siempre les alcanza para andar en tren.


Me gusta andar en tren y también encontrar este graffiti, quiso la casualidad (o tal vez la intencionalidad de quienes lo pintaron) que esta suma de ideas quede plasmada debajo del nombre de Juan Bautista Justo.

Me gustan los días de lluvia


“El agua me gusta demasiado, incluso más que cualquier hormiga; la felicidad está toda amontonada en los días de lluvia”.

Un día pensé que lo escrito aquí arriba es todo lo que quisiera contar un sapo si pudiese escribir.

Aquí va mi esfuerzo por darle voz a estos seres incomprendidos.

Un consejo simple


He visto muchas películas en las que muestran como asesinan a alguien utilizando algún elemento tipo soga. La técnica parece sencilla, se toma a la víctima por detrás pasando alrededor de su cuello una cuerda, un cable, un cordón de zapato, o cualquier cosa similar. En la imagen que se ve aquí arriba podemos observar como el asesino aprovechó la cadena que une las esposas.
Más allá de los detalles, lo concreto es que aquel que está luchando por su vida mueve desesperadamente el cuerpo para liberarse de aquel que está luchando por su muerte, cabe aclarar que este segundo “su” refiere al primer “aquel” y no al segundo “aquel”, que se encuentra más próximo de este “su”. Es decir, quien lucha por su vida es la víctima y el que lucha por su muerte es el homicida, pero no por su muerte en el sentido de la suya propia, sino por la muerte de la víctima. Aunque en más de una ocasión puede que esto represente un ribete en la trama, puesto que es posible que quien ha logrado tener al otro por el cuello hasta aquí venía siendo el bueno, que es perseguido por el malo, y en el afán de luchar por su propia vida tiene que matar a su perseguidor. En estos casos cabría decir que quien ahorca está luchando por su vida, y el que recibe este trato dañino es quien lucha por su muerte, por la muerte del primero. Claro que de ser así, el cazador cazado estaría intentando salvarse, por lo que no sería inapropiado sostener que lucha por su vida, mientras el otro lo hace por su muerte, por la del cazador claro está. Esto complica todo aún más, ya que es acertado afirmar que ambos están luchando por su vida y por su muerte, por la propia y por la del otro, la propia en referencia de la vida, y la del otro respecto a la muerte.
Al que utiliza la soga lo nombraremos “S”, y el que es atacado por el cuello será mencionado a partir de aquí como “C”.
Bien, ahora que todo es más claro, vuelvo al centro de estas líneas, que devendrán en consejo sobre el final. La cuestión es que C sacude su cuerpo sin parar, oponiendo resistencia, hasta que S logra matarlo. Llegado este momento siempre sucede lo mismo, y es que S ya extenuado se relaja y libera a C de la opresión que lo llevó a la muerte.
Aquí viene mi consejo: si alguna vez alguien intenta matarte con una soga al cuello no pierdas el control, sacudí un poco el cuerpo como si estuvieses desesperado, pero sin desgastar demasiada energía. Es importante que no entres en pánico, podés sobrevivir un poco sin respirar, después de unos instantes dejá de moverte. El idiota que te esté ahorcando va a suponer que ya te mató y ahí nomás se va a relajar.
Con este consejo podés salvar tu vida al menos por un instante, pero no creo que el potencial asesino demore más de 5 segundos en darse cuenta que tu pecho se agita sin parar y que no estás muerto, es improbable que logres respirar despacio en esa situación.
¿Qué hacer en esos 5 segundos? Todavía no encuentro respuesta, pero la voy a encontrar, juro que la voy a encontrar. Y que la vida quiera que ningún loco intente ahorcarme, porque la va a pasar mal…muy mal.

De paso por mercedes

Detrás de esa puerta hay mesas
hay paisanos y visitantes
lo que no falta es el vino
y las ganas de macharse.

La barra es de tiempos viejos
a su lado el guitarrero
que hoy trajo dos compañeros
de los que saben cantar
uno bombisto a rabiar
y el otro bien de arrabal.

Llegan dos a visitar
se abrazan con los demás
y miran por todos lados
porque hay uno que no está.

El que falta es el pulpero
ya lo empiezan a contar
y nos volvimos testigos
de aquel relato fatal
es que Cacho ya no está
traigan ginebra nomás!

Que difícil todo....

Un día el cielo se puso gris, y decidís disfrutar de la ciudad con lluvia. Comprás Sudestada, la portada promete algunas intrigas sobre la muerte de Lorca. Te sentás en un bar, leer viendo como cae el agua mientras el aroma del café te invade en ese rincón de Buenos Aires, es impagable.
Pasa el rato y empezás a caminar por Corrientes, sin sospechar que tu día se podía poner más negro que el cielo. Al primer golpe de vista no te das cuenta, seguís de largo, pero algo te detiene; ahora lo lamentás, cuanto mejor hubiese sido mantener tu alma en la ignorancia. Volvés sobre tus pasos y te parece imposible, escuchás a alguien que también se detuvo incrédulo:"mirá quien es". Ya no quedan dudas, tu espontáneo compañero de desilusión lo confirma.
Que difícil todo, ya no importa su temor a los aviones, se destrozan los recuerdos de su fuerza titánica capaz de derrotar a los malos de un solo golpe, se diluyen sus infantiles peleas con aquel tierno loco, y la entrañable amistad con el señor del puro.
Ya no nos queda nada, exhibe orgulloso el delantal que tiene bordado su nombre, y se muestra dispuesto a vendernos la última mentira de llame ya!
Dude mucho en publicarlo, no sabía si era correcto hacerlos partícipes de este dolor, quizás era mejor permitirles continuar con sus vidas como si nada hubiese cambiado. Pero soy cobarde, y no soporto la tristeza en soledad....


[Seguí hasta abajo, y hace click en las imágenes si querés sufrir a pantalla completa]















































mensajes prefectos




De paso por la escuela de la prefectura naval argentina me encontré con una serie de carteles que invitan a la reflexión de alumnos y visitantes. Elegí los mejores y quiero compartirlos con ustedes

Educación gratuita y sin tener que soportar el rigor militar, un servicio de esoquedicendeti.

El primero es imposible de entender en este lugar; el segundo lo habrán sacado de algún éxito editorial de Bucay; y el último es de Sarmiento: "la quietud febril del convencimiento", genial, lo voy a usar.

[Les recomiendo hacer click sobre las dos primeras para leerlas bien.]

[Si alguien no comprendió el caracter irónico de este post, por favor comunicarse con administración, muchas gracias.]

Sentarse a esperar...


¿a qué? ¿a quién?

mística

Cuentan que un día San Agustín caminaba por la playa meditando el misterio de la santísima trinidad, trataba de comprender al dios uno y trino.

Encontró un niño en la orilla que había cavado un pequeño pozo en la arena, acarreaba agua salada y la metía allí dentro. Agustín lo miró sorprendido y le preguntó qué intentaba, el pequeño hombre le explicó seriamente que metería toda el agua del mar en aquel pozo.

San Agustín río con ganas y algo de ternura, sin querer lastimarlo le sugirió que aquella empresa era imposible. El niño lo miró a los ojos y le dijo: “Sabes que no puedo meter el mar en este pozo, pero pretendes algo aún más difícil: entender el misterio de la santísima trinidad”.

Inmediatamente el santo le pateó la cabeza, sacándole los ojitos de lugar; luego lo miró con desdén y continúo su camino de meditación y regocijo.

La madre del niño lloraba desconsolada, con su neo cieguito entre los brazos. Por supuesto la iglesia tapó todo.


[La foto es de una virgencita gigante hecha con cuadraditos que está en una iglesia cerca de casa. Si hacés click la podés ver mais grande]

dimanche










A veces nuestro mundo puede reducirse /agrandarse/ sólo a los amigos. Ayer el mío cabía en una casita que está por ahí, en algún lugar en ese otro mundo; el más grandote, inexplicable y extraño.

La desilusión a la vuelta de la esquina

Creíste ver peniques de oro, once peniques hacen una onza troy, pero bastó sacudir el cajón para notar que no era más que un poco de arena.

Empezaste a leer. "Descubrí un gran autor", exactamente esa frase llegó a tu mente, pero nada de eso. Avanzó el relato y apenas alguna que otra palabra bien puesta.

La música te cegó, y te arrastraste como las ratas de Hamelín detrás de aquel feroz embaucador, por suerte no llegaste a ahogarte, pero te metiste hasta el cuello.

Da risa pensar que aprendiste algo, pero allá vas, atrás de lo que te juran es un barrilete que vuela bien alto. Ajustás los tiros y le encerás el hilo con cuidado, esto último es muy importante si se quiere ir lejos, así no se corta. La cola te parece demasiado larga, le sacás algunos trapos, listo.

Y ahí estás de nuevo, con otra ilusión entre manos.

Para todos todo!





Nada dicen sobre él en el diario de ayer, y creo que en el de hoy tampoco... pero lo va a descubrir recién mañana.

¿Y si vos no estás?...


Quién va a decir lo que nadie sabe decir como vos lo hacías

Quién va a hablar por los que no quieren ser mirados

Quién nos va a regalar consuelo



[Esta foto, lamentablemente, no la saqué yo]
no se hamaca

hay días que cuesta un poco más


Partir, ir dejando atrás

El lago revuelto en medio de la tormenta, hay que animarse a soltar

El es Augustus


Augustus es lo más parecido a un dios que se puede encontrar en esta tierra.

Él te ama, no importa lo que tengas para darle, aunque ni siquiera exista una caricia.

No puede hacer otra cosa más que amarte, se desespera si no estás, y se alegra en demasía cuando regresás.

Ya sabés que me voy, te voy a extrañar Augustus, bastante.

Ojos que vieron mucho

¿Hasta dónde llega esa mirada?

amigos del viento

Cuando el cielo está triste, algunos barcos duermen.






Y cuando alguna vida anda triste, otros barcos mueren.




Ya no está


Esta fue la última vez que se lo vió con vida...